Una brotación temprana
Como consecuencia de un invierno atípicamente templado, la brotación del viñedo se adelantó entre10 y12 días, dependiendo de la variedad.

Una primavera agradable
La primavera nos ofreció una pluviometría moderada y temperaturas suaves. Esto nos permitió realizar los mínimos tratamientos fitosanitarios y mantener, mediante trabajos manuales, un excelente estado sanitario del viñedo. Además, el crecimiento vegetativo y la floración fueron homogéneas incluso para las variedades más conflictivas como la garnacha tinta.

Un verano óptimo para la maduración de las uvas
El deshojado manual se llevó a cabo a principios de junio, labor indispensable para controlar el follaje del viñedo y asegurar una adecuada maduración de las uvas, que estuvo acompañada por un verano óptimo.

El control exhaustivo en campo nos llevó a hacer una vendimia en verde en el mes de julio, equilibrando así la producción del viñedo, para conseguir producciones limitadas pero de calidad.

La temperatura y las precipitaciones escasas supusieron unas condiciones de maduración de la uva que favorecieron la expresión aromática de las variedades blancas, provocaron una maduración fenólica de las variedades tintas, y mantuvieron una buena acidez.